Reflexiones desde la Bienal

Fecha de publicación: 06 de julio de 2023

Escriben: María Elena Andia, Edson Delgado, Pietro Chiri, Alexandra Larrea, Érika Ramos y Reynaldo Siccha.

Entre estudiantes y egresados, seis embajadores de Arquitectura PUCP, ganadores del Premio a la Excelencia 2023, tuvimos la enriquecedora experiencia de participar en la XVIII Bienal de Arquitectura de Venecia durante las jornadas de preapertura los días 18 y 19 de mayo de 2023. Fuimos parte del gran peregrinaje mundial de arquitectos a una ciudad del mundo que busca incitar diálogos y proponer soluciones alternativas a cuestiones de la disciplina arquitectónica. En ese sentido, deseamos transmitir lo vivido, evidenciado y aprendido en Venecia con nuestra comunidad de Arquitectura PUCP. Tras una selección cauta de las muestras internacionales exhibidas en Giardini y Arsenale, compartimos las lecciones de aquello que nos resultó más novedoso, impactante y pertinente es este “Laboratorio del Futuro”: los pabellones de España, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos, Argentina, países Nórdicos y, en especial, el pabellón peruano.

LOS PABELLONES NACIONALES

PABELLÓN DE ESPAÑA

El Pabellón de España titulado FOODSCAPES, bajo la curaduría de Eduardo Castillo-Vinuesa y Manuel Ocaña, es el resultado de un trabajo interdisciplinario entre  arquitectos, cineastas e investigadores que tenían como objetivo analizar críticamente cómo la arquitectura afecta la producción, distribución y consumo de alimentos. En otras palabras, la muestra aborda preocupaciones globales asociadas con la crisis alimentaria y el cambio climático al tiempo que destaca las conexiones entre los procesos de producción y consumo de alimentos y sus efectos en la sociedad, la economía y su entorno natural. Lo más llamativo de la exposición fue la copiosa información que presenta la propuesta que, lejos de ser abrumadora, es manejable debido a la elección del medio audiovisual para transmitirlo. Se destaca la presentación de cinco cortometrajes que ofrecen una lectura de los procesos que intervienen en el consumo de alimentos desde su origen hasta su final a modo de un ciclo constante. Con esta propuesta audiovisual el pabellón logra comunicar las ideas centrales del laboratorio  de una manera creativa y provocativa. 

 

 

PABELLÓN DE DINAMARCA

El pabellón de Dinamarca, bajo la curaduría de  Josephine Michau, fue certero en su presentación a partir de los efectos del cambio climático en el mundo. “Coastal imaginaries” plantea cómo es que desde la arquitectura se advierte, en primera instancia, el riesgo de las ciudades costeras ante fenómenos como marejadas y tormentas, para traducirse en problemas climáticos, económicos, infraestructurales y de crecimiento urbano.

La cartografía, que representa claramente este diagnóstico, no es inocente; es decir, no se queda en reproducir gráficamente un hecho real. Esta representación parte con una intención de visibilizar en el fenómeno una oportunidad de intervención y es justamente en este aspecto que el pabellón explora el paisaje y su transformación como el modo de operar frente al cambio climático en las Coastal Cities: “Nature-based interventions”.

En el debate actual sobre los márgenes de la arquitectura es gratificante encontrar intervenciones que se contextualizan en un período de tiempo en donde se debe pensar el habitar junto con el lugar que se habita. Dinamarca plantea el 2023 a este último como partida para llegar hacia el primero con propuestas que no concreten solo actividades o posibilidades en sí mismas; sino, en conjunto territorial.

 



PABELLÓN DE BÉLGICA

El pabellón belga “In Vivo”, bajo la curaduría de Bento y Venciane Despret, nos invita a repensar la arquitectura a través de nuevas posibilidades de materiales constructivos ecológicos. A través de los derivados de organismos vivos, el pabellón plantea alternativas de construcción opuestas a aquellas que surgen de políticas extractivistas de recursos finitos. Lo impactante del pabellón belga es la experiencia especial, sensorial y táctil de un espacio construido a base de un material constructivo radical, económico, accesible, y renovable: el hongo. ¿Podemos pensar en arquitectura creada con hongos? En este gran “Laboratorio del Futuro” que es la Bienal, el micelio – o la parte vegetativa de los hongos – nos permite fantasear una simbiosis construible y habitable a escala humana. Paneles cuadrados de micelio, madera y tierra han sido biofabricados para posteriormente instalarse en una estructura habitada de 12x6x6m. 

Históricamente, nuestra disciplina ha jugado con límites de la física para innovar en métodos constructivos, desde la piedra, la madera, el mármol, el adobe, la arcilla, el concreto armado, el acero y vidrio, entre otros. ¿Podría el micelio ser una alternativa constructiva como respuesta crítica, sostenible y responsable al impacto medioambiental de la construcción como se concibe hoy? En definitiva, “In Vivo” sostiene que urge inventar nuevas formas de vivir, y en ese sentido, una alianza con los hongos constituye inventar nuevas formas de construir pensando en la regeneración y territorialización del material. 

 

 

PABELLÓN DE PAÍSES BAJOS

El pabellón neerlandés toma como punto de partida los dibujos del arquitecto Carliin Kingma, en específico su obra titulada “The Waterworks of Money”, una representación compleja y precisa de los sistemas financieros que se traducen en el orden económico social de la actualidad.

Aquí los arquitectos toman como metáfora el agua como elemento de valor que es intercambiado por la fuerza de trabajo desde los niveles sociales más elevados hasta la masa proletaria, haciendo alusión a la riqueza económica. A través de esta metáfora, el pabellón nos invita a repensar estos sistemas y a resignificar un futuro más justo, equitativo y ecológicamente resiliente, donde la captación y distribución del agua juegan un papel importante.

El futuro de la arquitectura está y estará cada vez más determinado por lo que se puede intervenir y resolver desde nuestra disciplina. Así el pabellón propone un sistema de retención de aguas fluviales para su captación y posterior redistribución, con el objetivo de visibilizar precisamente la impronta ecosostenible, tema fundamental de la arquitectura del presente y futuro. En tal sentido, es también un llamado a la reflexión donde la implementación de este tipo de sistemas y su replicabilidad puede ayudar a repensar la construcción de maneras de consumo de los recursos más sostenibles, donde los residuos de un sistema pueden ser recirculados en otros.

 


PABELLÓN DE PAÍSES NÓRDICOS

El pabellón de los países nórdicos albergó a la biblioteca colectiva itinerante llamada Girjegumpi, con un nombre proveniente de 2 palabras: “girje” que significa libro y “gumpi”, estructura nómada usada por pastores de renos. En el pabellón, el ambiente fue muy inspirador por la visibilización de documentación rara y curada especialmente sobre la cultura constructiva y filosofía de los Sámi. Los principios arquitectónicos Sámi se reflejaban en los libros, artefactos y estancias que abren la reflexión sobre la conservación de conocimientos constructivos colectivos y la obtención local de materiales. 

 

 

PABELLÓN DE ARGENTINA

En el Laboratorio del Futuro en Venecia, el Pabellón argentino “El futuro del agua” muestra de manera visual las múltiples dimensiones y escalas del agua a lo largo del territorio. La exhibición se organiza en base a un glosario de términos que engloban todas las dimensiones de este elemento.

El curador Diego Arraigada logró crear una atmósfera tranquila y ligeramente surrealista, que nos logra desconectar del exterior. Por medio del color y materialidad, se percibe que un líquido azul ha inundado la parte inferior del pabellón, mientras que la parte superior del edificio permanece intacta. Es sobre esta superficie líquida e intangible, que se disponen de manera libre unos paneles blancos de luz, flotando con un aspecto desordenado, característico de las aguas subterráneas o cavernas. Estos paneles corresponden a la parte superior de grandes mesas de luz, similares a las que se encuentran en los laboratorios fotográficos; y es sobre ellas, que se exponen el gran glosario de imágenes relacionadas a este elemento, mostrando unas correspondencias entre el agua, territorio, ciudad y arquitectura.

Es así, que al observar nuestros comportamientos entono a los recursos hídricos y las construcciones que hemos ido desarrollado en torno a ellos; uno empieza a entender y analizar las diferentes relaciones e interacciones que hemos ido desarrollando con el agua a lo largo de los años, y es en este punto, que tras ver el pasado uno empieza reflexionar sobre el futuro del agua, y cuáles serán las futuras acciones que deberemos de tomar para no perder este gran recurso natural. 

 

 

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La frase acuñada en esta edición por la arquitecta ghanesa y curadora de la Bienal, Lesley Lokko fue “Es imposible construir un mundo mejor si no podemos imaginárnoslo primero.” (“It is impossible to build a better world if one cannot first imagine it”). Ello nos recuerda e inspira como jóvenes profesionales en la disciplina arquitectónica en atrevernos a imaginarnos nuevas formas de habitar nuestros territorios viables con la ecología. En un encuentro innovador de países de cada continente, se abordan preocupaciones del quehacer arquitectónico muy propias del lugar de origen pero, a su vez, muy transversales a problemáticas contemporáneas que trascienden fronteras: el manejo de recursos hídricos, los cambios climáticos y ecológicos, las estructuras sociales autóctonas del sur global, las lecciones desde la arquitectura de África y su diáspora, entre otros. Así, la Bienal “Laboratorios del Futuro” es una plataforma internacional de experimentación que busca dar respuestas a las necesidades actuales de la humanidad e inspirarnos a idear posibilidades ambiciosas y creativas de coexistir en un futuro común. 

 

EL PABELLÓN PERUANO

El Pabellón de Perú,  “Walkers in Amazonia”, bajo la curaduría de Alexia León y Lucho Marcial, destacó notablemente en la Bienal al plantearnos cómo el orden territorial no debe estar divorciado de los conocimientos ancestrales. El equipo peruano exploró, de la mano con el centro de educación comunitaria Waman Wasi, a partir del calendario una herramienta de traducción entre aquello que no siempre se termina de comprender o, en el peor de los casos, se comprende de manera superficial. Las expresiones culturales de las comunidades amazónicas se representan en dibujos que en conjunto componen en Venecia algo que en la Amazonía Andina se conoce muy bien: es la naturaleza cuerpo sagrado, riqueza cultural viva; no un medio productivo. ¿Será suficiente conocer su pensamiento? ¿Colonizamos aún la cultura amazónica? ¿Cuál es la voz política de la descolonización? ¿Cuál es la voz política de la arquitectura peruana? ¿En qué podemos materializar la reflexión?

La importancia del pabellón peruano se enmarca en la gran labor de recopilar y exponer una documentación dibujada de saberes que mayormente se transmiten de forma oral y práctica. Por ello, la herramienta de los calendarios es estratégica para visibilizar la dimensión espiritual, temporal, productiva y ecológica de los saberes ancestrales del territorio andino-amazónico. Este tipo de representaciones sirve de base para que la disciplina arquitectónica se adapte comprendiendo relaciones recíprocas y complejas entre seres humanos y naturaleza. Resalta indudablemente el trabajo en la expresión gráfica de los dibujos realizados en conjunto con los pobladores: dibujos expresivos que no son necesariamente arquitectónicos pero expresan la cosmovisión ancestrales de las comunidades,en particular los Kichwa, Shawi y Awajún, así como su posición frente a los problemas de deforestación y degradación de los bosques tropicales en el territorio peruano.

En diálogo con la arquitecta y curadora Alexia León, nos narra los comienzos de su investigación que finalmente condujo a una lectura más detallada sobre las dinámicas amazónicas: 

“El Laboratorio del Futuro, curado por Lesley Lokko, tiene dos ramas fundamentales: la colonización y la decarbonización. Este proyecto, en realidad, se pone en sincronía con la curaduría de Lesley, que nos invita a pensar más allá de nuestro espacio proyectual como arquitectos y urbanistas. Nos invita a visibilizar otros saberes, a descolonizar el saber. Entonces, nosotros venimos trabajando con las comunidades. [En mi maestría] yo comencé a ir a los municipios y me di cuenta que teníamos un problema: el proyecto de urbanización era un proyecto totalmente colonial. Realmente, no se sentía  visibilizado todos los saberes territoriales alrededor de los centros urbanos de Tarapoto y de Lamas. Comencé a conocer instituciones que trabajan para la conservación de los saberes ancestrales, y conocí a líderes de etnias nativas que trabajan en coordinación con comunidades mestizas y otros actores migrantes.” – Alexia León.

La arquitecta León mencionaba, además, que su rol no se limitaba al de ser curadores, sino que en la práctica terminaban siendo los mediadores vulnerable y valioso que se encuentra actualmente relegada e invisibilizado en las políticas públicas. Por ello, para el contenido de la exhibición, se buscó un proyecto-alianza entre Estado, comunidades y una institución como Waman Wasi, la cual, en palabras de León, “sintetiza y habita tiempos futuros, y es importante revisitarlos y poder trabajar con estos contenidos que representan a las comunidades.”

Asimismo, la construcción del pabellón peruano estuvo a cargo de los arquitectos Claudia Ortigas y Mateo Eiletz. El pabellón muestra una reflexión sobre las prácticas culturales de la Amazonía Andina a través de una instalación que asemeja techos tejidos a mano con fibras de ichu. El montaje duró alrededor de 1 semana, y comprendía el armado de la estructura metálica para la maloca, el tenso de las telas, el montaje de las telas y de las pancartas, etc. Se debía también considerar los tiempos de transporte en barca por los canales de Venecia, los cuales estaban supeditados a tiempos de espera por lluvias y viento. La estructura instalada exhibe una serie de paneles con la representación de calendarios ancestrales circulares elaborados por diversas personas de comunidades originarias que ilustran sus conocimientos sobre los ciclos de producción en la región. Este calendario es un caso de estudio que promueve la participación colectiva del territorio a través de la colaboración entre escuelas rurales y las comunidades, involucrando a sus líderes y gestores comunitarios. Según los arquitectos, este ejercicio ha permitido imaginar una nueva red de saberes que renueva constantemente el intercambio de conocimientos.

Por otro lado, tuvimos la grata oportunidad de presenciar la inauguración del Pabellón Peruano, donde protagonizaron los discursos de los curadores Alexia León y Lucho Marcial, y del coordinador de Waman Wasi, Luis Romero. Presentes en la inauguración estaban miembros del Patronato Cultural de Perú, un diplomático de la embajada peruana en Italia, miembros de la prensa, entre otros. Asimismo, la exalumna  de Arquitectura PUCP Marisol Michilot se encontraba presente como coordinadora del pabellón tras su labor en conjunto con LeonMarcial Arquitectos. Entre el público espectador, pudimos conocer a Rodolfo Tisnado, arquitecto peruano que desarrolló gran parte de su ejercicio profesional en Francia. A manera de intercambio intergeneracional, el arquitecto Tisnado nos alentaba con palabras inspiradoras para jóvenes arquitectos:

“El tema de la Bienal es la arquitectura del futuro que ustedes, estudiantes, recién egresados, van a hacer, o quizás las nuevas generaciones. Lo que se debe hacer es solamente la arquitectura del momento, jamás la del pasado porque eso sería copiar. La arquitectura debería dejar la marca del momento en el que existió. […] Hay que aprender de nuestro pasado para volcarlo en el presente, en la arquitectura del presente, no como copia del pasado. Ustedes vienen para que vean y regresen a Perú a trabajar, para que se conviertan en conectores de lo que aprenden en eventos como este.”

El arquitecto y curador Lucho Marcial nos remonta a que “son ya, como mínimo, diez mil años que los caminantes de estas regiones amazónicas caminan diariamente entre treinta o más kilómetros, registrando el paisaje y relacionando la casa, la chakra, el monte, el bosque, el agua.” De esta manera, “Walkers in Amazonia – The Calendar Project” relata la coexistencia entre humanos y la naturaleza, donde ambos componentes se tejen y nutren mutuamente con sabiduría biocultural. Las comunidades amazónicas y sus aprendizajes ancestrales que resisten a la coloneidad nos recuerdan la urgencia de resincronizarnos con la naturaleza y readaptar dinámicas de cooperación sostenibles como nuevo paradigma de habitar y desarrollo. En palabras de Luis Romero, coordinador de Waman Wasi, “Todos somos caminantes.”

 

 

Autores:

  • María Elena Andia
  • Pietro Chiri
  • Edson Delgado
  • Alexandra Larrea
  • Érika Ramos
  • Reynaldo Siccha